miércoles, 10 de septiembre de 2008

¡Vaya!

Es ridículo que se haya cubierto el color original de estos azulejos (diseñados por Diego Rivera en rojo, negro y crema), para politiquear el asunto en amarillo y negro. Estos barandales que colocó a la fuente son la antítesis del cooperativismo. No sé porqué los políticos se imaginan que la historia les debe obediencia. ¡Qué ganas tengo de que cambie esta administración! A ver si el próximo conserva un poco de respeto por la historia... o mínimamente un poco de buen gusto.
De todas formas gracias, peor era que el inmueble se derrumbara. Esperamos de todo corazón que pronto inicie el proceso de restauración de las casas y que se coloquen candados a la construcción en la zona.

domingo, 17 de agosto de 2008

viernes, 15 de agosto de 2008

El Pueblo Cooperativo: Una utopía riveriana


La utopía no es percibida por los que la formulan como una realidad inalcanzable. La utopía es una esperanza cierta. No siempre se manifiesta en grandes proyectos o realizaciones. No pocas veces, al tiempo, su campo mejor son los ámbitos pequeños, partes vivas de una totalidad que les da sentido. Diego Rivera pudo mirar aquel horizonte con limpieza, y recurrir a la factura de obras de dimensiones reducidas. Fue el pintor de metros y metros de muros en los que es posible espigar aquí y allá su genio. Mantuvo a la vez una idea, no suficientemente conocida acaso, que hace indiscernible a la arquitectura de las artes plásticas. En este sentido puede entenderse el propósito de “poner el arte al servicio del pueblo”. No se trata nada más de que los integrantes de una comunidad, especialmente los trabajadores, disfruten la belleza e interpreten los significados posibles de las obras de arte –de los murales, sobre todo, por su carácter abierto a todas las miradas– sino de incorporar de veras, de modo pleno, las formas artísticas a la vida diaria, al ambiente. Absolutamente distante de la posición actual, desde la que se consideran comúnmente el arte y su exposición como “eventos” más o menos espectaculares y hechos noticiosos atentos a las cantidades de dinero y de espectadores –nada muy diferente al precio del contrato de un astro del futbol, digamos, o de la música en boga–, Rivera pensó que sin ostentaciones ni ornatos extraordinarios la gente debe pasar sus días y sus años dentro de una circunstancia poblada de cosas bellas. ¿Pura utopía? El artista pensó que no, y se sumó a los empeños de las autoridades de la Escuela Nacional de Agricultura (hoy Universidad Autónoma de Chapingo), cuyos primeros objetivos no se concentraban naturalmente en el plano estético pero que supieron dar a su institución, y por tanto a la circunstancia de sus trabajadores, académicos y estudiantes, elementos de gran altura estética y de sobria dignidad.
Se conoce bien, aunque ha comenzado a entrar en el tren del olvido, el notabilísimo trabajo de Rivera en la capilla de Chapingo, que tuvo, entre otras intenciones, la de subrayar la indisoluble vinculación entre el estudiante de aquella escuela y el campesino, la identificación de sus fines comunes, el hecho esencial de que en su trabajo por venir “aprendieran”, como señaló en su momento Marte R. Gómez, “no a explotar al hombre sino a explotar la tierra”. Detrás de la puerta en la que destacan la hoz y el martillo entrecruzados, cuya imagen se repetirá en el fresco, irrumpe el universo riveriano, homenaje a la sencillez incesante del trabajador del campo y los talleres y las fábricas que vive en comunión con el sol, el viento, la tierra y el fuego. Además del de la capilla, Diego pintó otros frescos en la escuela. Uno de ellos ilustra la repartición de las tierras en el Pueblo Cooperativo, y otro, situado como el primero en el espacio de distribución de las escaleras en la rectoría, el pueblo incipiente, el trazo de sus calles y la presencia de la Plaza Unión, cuyo diseño, decoración y contorno realizó el mismo artista.
“Este es el primer pueblo Cooperativo de la República Mexicana. Aquí no hay cantinas, porque sabemos que el alcohol embrutece. No tenemos templos (ilegible), nuestra oración es el trabajo (ilegible). Nuestra fe (ilegible). El bienestar colectivo. Nuestro dogma la cooperación. Nada tenemos ni esperamos que no sea resultado de nuestros propios actos y fruto de nuestros sinceros esfuerzos”, cita el reglamento interno, impreso en el pequeño hemiciclo ubicado en uno de los extremos del pueblo.El tiempo, la imposibilidad, la falta de interés por parte de las autoridades, le fueron quitando su belleza original a esta utopía.

jueves, 14 de agosto de 2008

Un recuerdo por la bandera de Utopía. Marco Antonio Campos

Para Juan José Reyes

De ochenta y cinco pájaros del cielo
Que vuelan en el cielo de la página,
Quisiera que cortara la memoria
quince o más, que más leves no supieron
de los años del sueño y lo imposible

¿cómo éramos? ¿y quienes? ¿Qué hacíamos?
¿De qué infierno perdura el cielo ético?
Revelamos el cielo y sus praderas,
Anhelamos ser dioses, y en el campo
Brillaron las estrellas de la noche
Como flores doradas de los árboles
Cerca de mi los compañeros jóvenes
Encendieron la chispa, y la fogata
De elesedé y peyote hizo el incendio
Y felices se vieron: sin su forma,
Deformándose, haciendo nuevas formas,
Las luces fueron música, y ya lejos
Oían Lucy en el cielo de diamantes

Con amigos que hicieron la aventura
Buscábamos el oro de Acapulco

La piel solearse bajo el sol de marzo,
Navegaciones breves, despiadados
coches por la costera ancha, mujeres
como fruta madura, las palomas
Hacía quimeras con disfraz de planes

Era 1968
En ciudades fundadas por la piedra
del mundo y del cielo eran dos pájaros
La aventura fue dios, y en el principio,
En la curva violenta el arco iris,
Los colores hablaron por su nombre
Y nombré con su nombre los colores:
Libertad, Imposible, Mundo Nuevo,
Alba, Justicia, Sueño, Rebeldía

Brillaba el alfabeto en colegios del
Arma y del lenguaje, y las piedras
temblaban en la manos de valientes
que querían luchar casi indefensos
Y la calle (moderno paraíso),
Comenzaba a poblarse como en sueño
de jóvenes, que indómitos negaban
los goces del dominio, y que a la noche
hacían ceniza el ídolo y la estatua
Fulminantes brigadas y tremendos
mítines incendiaban a los bravos
que lucían una rúbrica en el pecho:
Ciudadanos de espléndidas ciudades
Y de repente, como torbellinos
que arrebatan y envuelven cosas y hombres,
como una cosa sola arrebataban
calles, jardines, plazas y avenidas
Ya los ven el Norte en plena cólera,
mordiéndoles las garras a las bestias,
fugándose en zigzag, ¡en curva!, ¡abajo!
Recobrándose, irguiéndose en hogueras
que devastaban todo, que quemaban
todo, para recomenzar la búsqueda
del cielo, mientras sonaba el aire
las canciones del tiempo más alegre
Aún los veo un solo hombre por Reforma,
El puño en alto, la mirada altiva,
Y en el árbol madura la pregunta:
¿Para qué el sol cuando se quiere todo?
Cómo tambores en un tremebundo
tam tam, repercutía cada paso
el hueco el tam el eco el eco el paso,
los salmos rojos en el aire rojo,
y ya abejas en busca de colmena
o de la flor, los jóvenes del aire
llegaban rumorosos a la plaza
Pancartas, afilados gritos, lemas,
árboles de cohetes en el cielo,
los insultos abiertos como granadas
¿No escuchan los colores? ¿No escuchan
los sonidos que son melodía y llama
en constante movimiento sobre el muro?
Reinventar el amor,
cambiar la vida
2
Septiembre nos dejó como los pájaros
que el invierno presienten y aletean
Y respiran angustia: ya la muerte
de cara y con la máscara desciende
del follaje, sonríe, gesticula
Octubre y dos cruces rotas
se clavaron como estacas ardientes
en el calendario. Y en el patio
de los sacrificios, soberbios jóvenes,
que en los combates sucios encarnaron
el anhelo del sueño y lo imposible,
fueron ametrallados sin saberlo
Tocó huir: ocultarse en el filo
de la espada, entre honduras y cortes
de los árboles, y en el rostro, para
siempre inmóvil, de aquellos que no imploran
Mientras en casas, como grandes féretros,
muertos enterraban a sus muertos,
el Ángel Negro, destructor de ángeles,
engolaba la voz en el estadio,
mientras la baba escurría aceda
del mentón, que era como piedra en ángulo,
y los viejos más viejos, con sus caras
de piedras minerales aplaudían
a la Bestia, y afilaban un grito
que el placer alargaba (el más abyecto)

Como el paciente cazador que espera
que la presa de un paso equivocado
para dar en la trampa, se buscaba
que cayéramos: Cifras y mensajes,
señas y contraseñas: nueva lengua
que hablábamos los vencidos: Fue costumbre
vergonzosa e innoble, recatarnos
en otros, escuchar de los amigos
en sombras clandestinas o en la cárcel,
o llevar una flor recién cortada
al sepulcro de aquellos que ayer mismo
llevaron una flor recién cortada
al sepulcro de aquellos que hace tiempo
deletrearon el sueño de lo imposible
Los vivos resplandores de la fiesta
Fueron de otros, que ignoraron el tiempo
Y los nombres que yo le puse al arco iris
Cada golpe de piedra que caía
Cada golpe de piedra que caía
En la hora verde, cuando los muchachos
Con la flor de la luz de su fuerza última,
Izaban la bandera y nuestro símbolo,
Los muros , donde hiciéramos la crítica
Del dominio, los planes a futuro
Y reflexiones sobre lo que vendría
Cuando el alba lo fuera doblemente,
En la llama del alba se callaron

Llegó el rumos leve en invisibles
hilos, llegó y fue creciendo hasta ser
un martillo que seco martillaba
un martillo que en seco martillaba

¿Quién fue? ¿Fue cómo? ¿A qué hora? ¿Qué hacíamos?
Incrédulos y tristes, una pregunta
Lloraba en nuestros ojos que lloraban:
¿Quién robó la bandera de Útopía?
¿Quién robó la bandera de Útopía?

jueves, 29 de mayo de 2008

Pueblo Cooperativo



“La propuesta del Pueblo Cooperativo de trabajadores buscaba sustituir la forma de explotación que se daba en la hacienda, con base en el sistema de trabajo forzado, por un sistema cooperativo que fuera modelo a seguir por las poblaciones circundantes. El desarrollo del Pueblo Cooperativo tuvo dos etapas. En la primera se construyeron casas de madera de estilo californiano para trabajadores de San Jacinto que laborarían en Chapingo; estas casas, inauguradas por el presidente Obregón, pronto se deterioraron por la falta de tratamiento a la madera; Diego Rivera dibujó la silueta y los adornos en azulejos para la fuente que se levantó en la glorieta del Cooperativo. En la segunda, el secretario de Agricultura, Ing. Marte R Gómez, promovió la construcción de amplias casa de tabique y loza en sustitución de las de madera; a esta etapa también corresponde el hemiciclo de tabique que se construyó a la orilla del Cooperativo, en la que se destaca una leyenda que señala que el Pueblo Cooperativo es el único en México en el que no existen iglesias ni cantinas porque, “el alcohol embrutece y sólo el trabajo dignifica al hombre”. Estas nuevas instalaciones fueron inauguradas en 1943 por el presidente Manuel Ávila Camacho.”

domingo, 25 de mayo de 2008

Construcción del salón de actos del pueblo

Se borraron los bocetos del mural riveriano que decoraría el interior de este salón, con el objetivo de construir en él un mini súper

Diego Rivera en el Pueblo Cooperativo Chapingo

Link a Crónica

http://lavida-real.com/culturaurbana/1811.pdf

Placas del Hemiciclo


“Este es el primer pueblo Cooperativo de la República Mexicana. Aquí no hay cantinas, porque sabemos que el alcohol embrutece. No tenemos templos (ilegible), nuestra oración es el trabajo (ilegible). Nuestra fe (ilegible). El bienestar colectivo. Nuestro dogma la cooperación. Nada tenemos ni esperamos que no sea resultado de nuestros propios actos y fruto de nuestros sinceros esfuerzos”,







sábado, 24 de mayo de 2008

Fotos del inicio y fundación del Pueblo Cooperativo

Monumento fuente principal


Primera escuela, más tarde sería sustituida por la Escuela Ramón P. Denegri, que abarca una manzana completa,
en otra manzana se construyó un jardín de niños


Salón de actos

Estas casas de madera estilo californiano
conformaron el pueblo en su primera etapa, más tarde se sustituyeron por casas de tabique y loza con amplios jardines

Muchas casas del Cooperativo se encuentran en buenas condiciones y conservan sus setos y jardines originales






















Inicio de la restauración de sus monumentos principales




Cartas

México a 5 de Julio de 2007
Doctor Aureliano Peña Lomelí
Rector de la Universidad Autónoma Chapingo
PRESENTE
Tomo esta petición a título personal. He tenido la suerte de crecer en el Pueblo Cooperativo, que hace tiempo era parte de la UACH. Mi padre fue fundador del STUACH y mi tío fundador de la Dirección de Difusión Cultural, mi madre fue maestra en el área de Química y muchos años después, jefa del departamento de Difusión Cultural. Actualmente yo me desempeño como jefa de redacción de la revista literaria de la UACM, universidad hermana de la suya.Es para mi una necesidad decirle que las entonces autoridades de esta siempre admirada institución cometieron un serio error al vender las casas del Pueblo Cooperativo sin que hubiera de por medio una condicionante que impidiera su modificación, cada casa en sí misma era un patrimonio cultural. Han cometido un error al no prestar atención a la conservación de sus monumentos y de sus calles, en cuyo diseño y realización trabajó activamente Diego Rivera. Calles que vivieron la presencia de León Trotsky. El Pueblo Cooperativo era en sí mismo una joya única en el país, denominada como el Primer Pueblo Cooperativo de la República Mexicana, un modelo de colonia soviética, signo de la presencia del comunismo nacional, del cual la Universidad Autónoma Chapingo ha sido bastión. Y no sólo eso debió cuidar la UACH, sino su patrimonio natural, entre el cual se contaba una considerable cantidad de palmeras datileras en edad madura, que fueron cortadas.Es una pena para nosotros los que conocimos la importancia histórica y la antigua belleza del Pueblo Cooperativo, que dichas autoridades no supieran valorarlas.He visto con inmenso gusto su política de restauración, embellecimiento y expansión de la Universidad Autónoma Chapingo. Le pido que mire hacia el Pueblo Cooperativo y recupere sus inmuebles aún recuperables, así como su entorno, contorno y conformación. Detenga la destrucción de este lugar. Yo misma, dentro de mi humilde posición, tomo iniciativas que apuntan hacia este objetivo. Asimismo me pongo a sus órdenes para la realización de las tareas que usted indique en este importante tema.Le aseguro mi absoluta estimación y le agradezco su amable atención.
Atentamente
Rowena Bali
C.c.p. Ingeniero Manuel Pérez Rocha (Rector, UACM)
C.c.p. Maestro Martín Soto Escobar (Dirección de Difusión Cultural, UACH)
C.c.p. Doctor Jesús Garza López (Dirección de Administración, UACH)
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Estado de México a 7 de agosto de 2007
Arq. Dolores Martínez Orralde
Encargada del Despacho de la Dirección de Arquitectura del INBA
PRESENTE
Por fortuna, los mexicanos contamos con una institución como el INBA, que está a cargo del impulso y la preservación de las obras y los valores artísticos del país. Le escribo las siguientes líneas a la luz de esta idea y con la confianza de que podrá hacerse lo más conveniente en el asunto que explico a continuación.

Considero que es urgente atender el caso del Pueblo Cooperativo Chapingo, con el objeto de que se le dé protección al conjunto total de inmuebles que lo conforman, declarándolos oficialmente como Patrimonio Histórico y Artístico de la Nación.

El día 7 de junio de 1923, se destinó a la entonces Secretaría de Agricultura y Ganadería el dominio de los terrenos que quedaron de la Ex Hacienda de Chapingo y anexos, en Texcoco, Estado de México, con una extensión superficial de quinientas cincuenta y nueve hectáreas, tres áreas, ocho centiáreas, divididas en tres fracciones separadas entre sí. El objeto de este acuerdo presidencial fue que dicho inmueble se destinara a las instalaciones de la Escuela Nacional de Agricultura, que hoy sigue albergando las bellas instalaciones de la Universidad Autónoma de Chapingo. En otra fracción del mismo inmueble se formó una zona habitacional por parte de los trabajadores de la Escuela Nacional de Agricultura, denominada desde entonces Pueblo Cooperativo.

La construcción de este pueblo se realizó conforme a un modelo de colonia soviética. En este proceso participó activamente Diego Rivera, quien tuvo una importante presencia en Chapingo precisamente en estos años. La fuente del pueblo, ubicada en la glorieta, así como todos sus adornos realizados en azulejo, fueron diseñados por el muralista, quien siempre tuvo un importante interés por la arquitectura.

Diego Rivera plasmó célebres murales en el edificio de rectoría de la UACH, dos de éstos hablan claramente del Pueblo Cooperativo, uno de ellos lleva como nombre “Repartición de las tierras en el Pueblo Cooperativo”, en él pintó los planos del pueblo, de contorno piramidal, así como la escena en que los trabajadores de la ENA fueron beneficiados con la entrega de estos terrenos. En otro mural vemos la representación del pueblo incipiente, ya trazado, en el cual resaltan la glorieta con su fuente y tres pequeñas viviendas, cuyo modelo aun persiste en dos de los inmuebles más antiguos del pueblo.

Este pueblo fue declarado como el primer Pueblo Cooperativo de la República Mexicana y observaba un reglamento particular del cual aún se conservan ciertos fragmentos plasmados en uno de sus monumentos, que por cierto fue raspado en ciertas áreas, por los mismos habitantes, a raíz de la enajenación de los bienes del pueblo. Vivió la presencia de León Trostky, la cual fue documentada en una sencilla placa ubicada en la glorieta y que fue raspada totalmente.

El 7 de mayo de 1991, se retiran del Servicio de la Secretaría de Agricultura y Servicios Hidráulicos diversos bienes inmuebles entre los cuales se encuentra el Pueblo Cooperativo. A raíz de este decreto presidencial se empieza a gestionar la enajenación de las casas del pueblo en favor de sus ocupantes, con el fin de que sigan utilizándolas como habitación.

La venta de estos inmuebles, realizada en 1993, trajo como consecuencia la modificación del aspecto original del pueblo que hasta entonces se había conservado intacto, así como la afectación de sus monumentos. Es una pena para todos los que conocimos la belleza y la importancia histórica de este pueblo, ver cómo con el paso de los años sigue progresando este terrible deterioro sin que autoridad alguna tome medidas al respecto. El Arquitecto Juan Manuel Ortiz Híjar, a petición del Arqueólogo Luis Morett, quien atendió a un oficio que envié al Doctor Aureliano Peña Lomelí, rector de la UACH y al Ingeniero Manuel Pérez Rocha, rector de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, UACM, (institución en la que laboro, como jefa de redacción de la revista Cultura Urbana) ha hecho ya una visita de exploración a esta zona. Él mismo me instó a escribirle esta carta.

En el plano personal guardo un inmenso cariño por este pueblo, en el cual crecí. Mi padre, Guillermo Bali, fue fundador del Sindicato de Trabajadores de Chapingo; mi tío, Jaime Bali, fue fundador de la Dirección de Difusión Cultural; mi madre, Blanca Páez, fue maestra en el área de química y jefa del departamento de Difusión Cultural de la UACH. Mi madre y mi padre aún son residentes del pueblo.

Actualmente, el Municipio de Texcoco está realizando labores de restauración de la fuente, el arquitecto encargado es David Vázquez.

En un archivo anexo pongo algunas fotografías del Pueblo Cooperativo:

Seis fotografías que documentan las labores de restauración de la fuente.
Una fotografía de la glorieta, que aún se conserva intacta, pero muy descuidada.
Una fotografía de una casa ubicada en la glorieta y que ha sido modificada con madera.
Una fotografía del monumento, afectado por los habitantes, donde se inscribió lo siguiente alrededor de 1925:
“Este es el primer pueblo Cooperativo de la República Mexicana. Aquí no hay cantinas, porque sabemos que el alcohol embrutece. No tenemos templos (casi ilegible), nuestra oración es el trabajo (casi ilegible). Nuestra fe (ilegible). El bienestar colectivo. Nuestro dogma la cooperación. Nada tenemos ni esperamos que no sea resultado de nuestros propios actos y fruto de nuestros sinceros esfuerzos”
Tres fotografías de casas cuyo estado es aún muy bueno.
Una fotografía de un inmueble cuya construcción representó la pérdida total de una casa.


Agradezco su atención a la presente y quedo en espera de su amable respuesta.
Atentamente
Rowena Bali
C.c.p. Doctor Aureliano Peña Lomelí
C.c.p. Ingeniero Manuel Pérez Rocha

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Estado de México a 9 de agosto de 2007
Constanzo de la Vega Membrillo
Presidente Municipal de Texcoco
PRESENTE
He visto con mucho agrado su política de recuperación de bienes inmuebles en el Municipio de Texcoco. Le escribo las siguientes líneas con la confianza de que podrá hacerse lo más conveniente en el asunto que explico a continuación.Considero que es urgente atender el caso del Pueblo Cooperativo Chapingo, con el objeto de que se le dé protección al conjunto total de inmuebles que lo conforman. La importancia histórica de dicho pueblo es inobjetable.El día 7 de junio de 1923, se destinó a la entonces Secretaría de Agricultura y Ganadería el dominio de los terrenos que quedaron de la Ex Hacienda de Chapingo y anexos, en Texcoco, Estado de México, con una extensión superficial de quinientas cincuenta y nueve hectáreas, tres áreas, ocho centiáreas, divididas en tres fracciones separadas entre sí. El objeto de este acuerdo presidencial fue que dicho inmueble se destinara a las instalaciones de la Escuela Nacional de Agricultura, que hoy sigue albergando las bellas instalaciones de la Universidad Autónoma de Chapingo. En otra fracción del mismo inmueble se formó una zona habitacional por parte de los trabajadores de la Escuela Nacional de Agricultura, denominada desde entonces Pueblo Cooperativo. La construcción de este pueblo se realizó conforme a un modelo de colonia soviética. En este proceso participó activamente Diego Rivera, quien tuvo una importante presencia en Chapingo precisamente en estos años. La fuente del pueblo, ubicada en la Plaza Unión, así como todos sus adornos realizados en azulejo, fueron diseñados por el muralista, quien siempre tuvo un importante interés por la arquitectura. Diego Rivera plasmó célebres murales en el edificio de rectoría de la UACH, dos de éstos hablan claramente del Pueblo Cooperativo, uno de ellos lleva como nombre “Repartición de las tierras en el Pueblo Cooperativo”, en él pintó los planos del pueblo, de contorno piramidal, así como la escena en que los trabajadores de la ENA fueron beneficiados con la entrega de estos terrenos. En otro mural vemos la representación del pueblo incipiente, ya trazado, en el cual resaltan la glorieta con su fuente y tres pequeñas viviendas, cuyo modelo aun persiste en dos de los inmuebles más antiguos del pueblo. Este pueblo fue declarado como el primer Pueblo Cooperativo de la República Mexicana y observaba un reglamento particular del cual aún se conservan ciertos fragmentos plasmados en uno de sus monumentos, que por cierto fue raspado en ciertas áreas, por los mismos habitantes, a raíz de la enajenación de los bienes del pueblo. Vivió la presencia de León Trostky, la cual fue documentada en una sencilla placa ubicada en la glorieta y que fue raspada totalmente.El Pueblo Cooperativo es una joya única en el país, signo irrepetible que documenta la fuerte presencia histórica de la izquierda mexicana.El 7 de mayo de 1991, se retiran del Servicio de la Secretaría de Agricultura y Servicios Hidráulicos diversos bienes inmuebles entre los cuales se encuentra el Pueblo Cooperativo. A raíz de este decreto presidencial se empieza a gestionar la enajenación de las casas del pueblo en favor de sus ocupantes, con el fin de que sigan utilizándolas como habitación. La venta de estos inmuebles, realizada en 1993, trajo como consecuencia la modificación del aspecto original del pueblo que hasta entonces se había conservado intacto, así como la afectación de sus monumentos. Es una pena para todos los que conocimos la belleza y la importancia histórica de este pueblo, ver cómo con el paso de los años sigue progresando este terrible deterioro sin que autoridad alguna tome medidas al respecto.En el plano personal guardo un inmenso cariño por este pueblo, en el cual crecí. Mi padre, Guillermo Bali, fue fundador del Sindicato de Trabajadores de Chapingo; mi tío, Jaime Bali, fue fundador de la Dirección de Difusión Cultural; mi madre, Blanca Páez, fue maestra en el área de química y jefa del departamento de Difusión Cultural de la UACH. Mi madre y mi padre aún son residentes del pueblo.El 5 de Julio de 2007 hice llegar al Doctor Aureliano Peña Lomelí, un oficio con la solicitud de que llevara a cabo acciones referentes al caso que expongo anteriormente, y hemos pedido ya, a través del arqueólogo Luis Morett (a quien fue turnado el caso por parte de la UACH) y del arquitecto Juan Manuel Ortiz, ayuda al INBA.El 7 de agosto del 2007 hice llegar una petición sobre el asunto a Dolores Martínez Orralde, encargada del Despacho de la Dirección de Arquitectura del INBA, con el objeto de que dicha institución certifique el valor artístico del pueblo y apoye el proceso de elaboración de los registros mediante los cuales se hará la solicitud de que el conjunto de inmuebles que conforman el Cooperativo sean protegidos.Hemos, además, solicitado el apoyo a la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, institución en la que laboro como jefa de redacción de la revista Cultura Urbana.Sabemos que el apoyo del Municipio de Texcoco es fundamental. Hemos visto con infinita gratitud que se han puesto en marcha ya las labores de restauración de la fuente de Plaza Unión y otros monumentos. Me he entrevistado con el arquitecto David Vázquez y con la restauradora Mayela García Salgado, quienes están a cargo de estos trabajos. Publicaremos el caso en la revista Cultura Urbana y otros medios.Es urgente que el Municipio de Texcoco coloque candados al avance indiscriminado de la construcción en el área del pueblo, la cual representa una rápida destrucción de este importante patrimonio.Agradezco su atención a la presente y quedo en espera de su amable respuesta.
Atentamente
Rowena Bali
C.c.p. Doctor Aureliano Peña Lomelí
C.c.p. Ingeniero Manuel Pérez Rocha

lunes, 19 de mayo de 2008

Constanzo no me escucha

Constanzo ha decidido
ignorarme olímpicamente.

¿Será que su secretaria
no le avisa
de mis constantes llamados?

Será que la virgen
no le habla,
ni mis santos le hablan,
ni todos mis muertos le hablan.

Ha de pensar
que soy nacha,
o gacha,
o una muchacha
sin importancia.

Ha de pensar
que soy una perra
o una can
y no tiene razón.

Aunque
en muchas canas
me puedo convertir.