jueves, 29 de mayo de 2008

Pueblo Cooperativo



“La propuesta del Pueblo Cooperativo de trabajadores buscaba sustituir la forma de explotación que se daba en la hacienda, con base en el sistema de trabajo forzado, por un sistema cooperativo que fuera modelo a seguir por las poblaciones circundantes. El desarrollo del Pueblo Cooperativo tuvo dos etapas. En la primera se construyeron casas de madera de estilo californiano para trabajadores de San Jacinto que laborarían en Chapingo; estas casas, inauguradas por el presidente Obregón, pronto se deterioraron por la falta de tratamiento a la madera; Diego Rivera dibujó la silueta y los adornos en azulejos para la fuente que se levantó en la glorieta del Cooperativo. En la segunda, el secretario de Agricultura, Ing. Marte R Gómez, promovió la construcción de amplias casa de tabique y loza en sustitución de las de madera; a esta etapa también corresponde el hemiciclo de tabique que se construyó a la orilla del Cooperativo, en la que se destaca una leyenda que señala que el Pueblo Cooperativo es el único en México en el que no existen iglesias ni cantinas porque, “el alcohol embrutece y sólo el trabajo dignifica al hombre”. Estas nuevas instalaciones fueron inauguradas en 1943 por el presidente Manuel Ávila Camacho.”

3 comentarios:

Gonzalo Lizardo dijo...

Interesante. Inquietante. ¿Un pueblo fantasma comunista? ¿el pueblo donde fue sepultado ese famoso "fantasma que recorría Europa"? La tipografía del cartel, las prohibición de beber, la participación de Obregón, de Rivera, todo ello crea una atmósfera muy extraña, con un optimismo casi fundamentalista: el escenario de una novela no escrita aún, sobre una utopía que la historia ha borrado. Saludos.

jessy dijo...

el pueblo el cooperativo es padre y el lindo vivir aqui

Jorge Javier Romero dijo...

Un hallazgo. A Obregón lo halagaba que le dijeran "el Lenin mexicano" Su monumento, en San Ángel, tiene dos esculturas de mujeres, una con una hoz y la otra con un martillo. Puros coqueteos tentaleantes. Y el combate al alcoholismo, puritanismo de época, era un credo compartido con los conservadores gringos que lo prohibieron por entonces, con las consecuencias catastróficas por todos conocidas.